El equipo del ministro de Economía se enfrenta a cinco días de negociaciones intensivas para finalizar los detalles fundamentales del ajuste del programa con el organismo. Se están considerando diversas opciones.
Las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional se llevan a cabo en línea sin interrupciones, tanto en semanas pasadas como en los próximos días. Según un funcionario, el clima en el Palacio de Hacienda es de trabajo intenso y continuo, con largas horas de reuniones virtuales. Flavia Royón, secretaria de Energía, confirmó que el ministro está muy involucrado en estas negociaciones diarias durante una entrevista en la Televisión Pública.
La urgencia generada por la falta de dólares y el calendario electoral, con decisiones importantes aún pendientes, ha llevado a que el proceso de ajuste y recalibración acordado por el ministro de Economía, Sergio Massa, con el organismo crediticio hace un mes y medio debido a los efectos de la sequía, se encuentre en su etapa final. Aunque aún hay puntos cruciales por resolver.
Mientras se espera la definición del candidato de la recién formada alianza Unión por la Patria, fuentes del Ministerio de Economía afirmaron que Massa planea viajar a Washington el próximo jueves, siempre y cuando las reuniones de las próximas horas transcurran como se espera. En los próximos días, habrá vencimientos con el FMI por casi 2.700 millones de dólares, y se están evaluando opciones al respecto.
«Hasta que todo esté completamente acordado, nadie viajará. Una vez que esté todo definido, viajarán para plasmarlo por escrito. Y cuando todo esté redactado, viajará Massa. No permitiremos que lo tengan como rehén en Washington», afirmaron enfáticamente fuentes cercanas al ministro. El término «escribir» se refiere al desarrollo del Acuerdo de Nivel de Personal (SLA, por sus siglas en inglés). Este documento técnico está siendo elaborado por los burócratas del FMI en conjunto con Argentina. Una vez que se finalice el informe, el equipo liderado por Luis Cubeddu, jefe de la misión en el país, deberá enviarlo al directorio para su evaluación y posible aprobación. En ese documento se plasmará gran parte del rumbo económico del país para el resto del año. Además, la política jugará un papel fundamental, tanto a favor como en contra, en este proceso.
El elemento central del ajuste del programa es un adelanto, conocido como «front load». En este caso, se trata de los USD 10.000 millones que el Fondo Monetario Internacional debía desembolsar al país hasta fin de año, distribuidos en tres pagos. Sin embargo, según las negociaciones en curso, el monto no se otorgará en un solo pago, como deseaba el equipo económico, sino en dos partes: en junio y septiembre. Esto se llevará a cabo para fortalecer las disminuidas reservas del Banco Central y unas semanas después de las elecciones primarias. Cabe destacar que todo esto forma parte de las conversaciones en curso.
También se busca, casi como una condición vital para la debilitada economía nacional, que una parte de esos fondos pueda utilizarse para intervenir en el mercado cambiario.
¿Qué porcentaje exactamente? Eso también forma parte de las negociaciones finales en las próximas horas. Los funcionarios del ministro Massa aseguran que habrá intervención en el mercado cambiario, aunque con ciertos límites. Esta posibilidad es vista con buenos ojos por el Fondo Monetario Internacional, ya que permitiría utilizar sus dólares para estabilizar el tipo de cambio en situaciones de volatilidad. Sin embargo, el historial local en este aspecto no favorece esta solicitud. Por otro lado, el Fondo parece no estar dispuesto a aceptar concesiones sin obtener algo a cambio. En este contexto, lo más lógico sería exigir una devaluación del peso, algo a lo que tanto Massa como la vicepresidenta se oponen rotundamente.
En el marco de estas negociaciones para un posible ajuste en el programa, se considera todas las opciones posibles», reafirman en el Ministerio de Economía desde que se anunció que el programa entraría en una revisión exhaustiva. Argentina confía en el respaldo que la administración de Joe Biden puede brindarle en este sentido. Estados Unidos tiene una influencia significativa en el directorio del Fondo Monetario Internacional, y Massa tiene relaciones estrechas con funcionarios de la Casa Blanca, el Departamento de Estado y el Tesoro estadounidense.
Durante la visita de Alberto Fernández a la Casa Blanca a finales de marzo, el propio Biden prometió ofrecer un «puente» de apoyo. Sin embargo, será necesario tener en cuenta la postura de otros países, como Alemania y Japón, que suelen ser cautelosos cuando se trata de otorgar concesiones a Argentina, que es el principal deudor del organismo.
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