En medio de los retos económicos que enfrenta la nación, el costo de vida en Buenos Aires sigue siendo una preocupación para muchas familias. Según datos recientes, durante julio, una familia tipo compuesta por una pareja y dos hijos menores necesita un ingreso mínimo de $250.000 para no caer dentro del umbral de la pobreza en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Esta cifra ha aumentado significativamente en un 5,8% con respecto al mes anterior.
Las cifras en detalle
Al profundizar en estas cifras, es interesante notar que para que una familia sea catalogada dentro de la clase media en la capital argentina, necesita un ingreso que supere los $385.000. Cabe señalar que estos montos no contemplan gastos fundamentales como el alquiler de vivienda o el pago de expensas.
Por otro lado, la línea de indigencia, que se refiere al monto mínimo para cubrir una canasta básica alimentaria, se estableció en $138.600 para el mes de julio. Esta cifra también refleja un incremento del 5,8% en comparación con junio. Resulta alarmante ver que, en comparación con julio del año anterior, este valor se disparó en un notable 121,3%, en contraposición con una inflación que, aunque alta, promedió el 117,8%.
La realidad de la pobreza y la inflación
Si se suma al valor de la canasta familiar de pobreza el costo medio de un alquiler, una familia tipo porteña debería contar con un ingreso superior a $350.000 para no ser catalogada dentro del umbral de pobreza. Y la realidad es que, durante el primer trimestre de 2023, la pobreza en Buenos Aires ha afectado al 15,8% de los hogares, equivalentes a 213.000 familias, y al 21,8% de la población, o lo que es lo mismo, 673.000 personas.
En cuanto a la indigencia, esta golpeó al 5,5% de los hogares, traduciéndose en 74.000 familias, y al 8,4% de los individuos, es decir, 259.000 ciudadanos.
En lo que respecta a la inflación, los datos reflejan que la Ciudad de Buenos Aires ha sufrido una inflación del 7,3% en julio. Si bien el rubro de alimentos y bebidas no alcohólicas mostró un incremento del 5,6%, otros sectores experimentaron alzas superiores, como vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles con un 6,6%. Rubros como recreación y cultura, y restaurantes y hoteles, tuvieron incrementos alarmantes del 11,5% y 12,4% respectivamente.
Impacto en la economía familiar
La evolución de las canastas básicas revela el menor peso que tienen los alimentos esenciales frente a otros gastos en bienes y servicios, que no están contemplados dentro de los gastos de indigencia. Esto ha derivado en que los índices de este último grupo tengan un crecimiento menor en comparación con otros estratos de la población.
Es esencial también mencionar que, a pesar del aumento en los niveles de empleo reportados en los últimos meses, muchos de estos trabajos son de carácter precario. Sobre todo, en sectores informales, donde los ingresos son menores. La realidad es que los aumentos salariales, en muchos casos, no han compensado la inflación, lo que agrava la situación de indigencia y pobreza en la región.
Estas cifras reiteran la urgencia y el desafío de trabajar en políticas públicas efectivas que busquen garantizar el bienestar y la estabilidad económica de los porteños. La capital argentina sigue siendo el reflejo de los desafíos que la nación entera enfrenta en términos económicos y sociales.