La presidente de Perú, Dina Boluarte, impuso este martes un toque de queda de tres días en la región de Puno. Esta medida se da en el centro de nuevas protestas que han dejado 17 civiles y un policía muerto tras ser atacado por una turba. La violencia se ha intensificado desde la destitución del expresidente Pedro Castillo.
Desde el Ministerio del Interior confirmaron la muerte un policía durante las protestas luego de que desconocidos atacaran un vehículo de las fuerzas de seguridad en Puno la madrugada del martes.
«Se aprobó en el Consejo de Ministros un decreto supremo que declara un toque de queda en la ciudad de Puno por el plazo de tres días, desde las 20.00 horas (local) hasta las 04.00 horas», comunicó el primer ministro Alberto Otarola.
Otarola dijo que el gobierno no se oponía a las protestas, pero que el Estado tenía el deber de mantener el orden público luego de que «elementos violentos» lanzaran operaciones financiadas con «dinero negro» proveniente de la minería ilegal y el narcotráfico.
«Unos pocos no van a colocar contra la pared a la gran mayoría nacional. Tengan la seguridad de que aplicaremos toda la fuerza de la ley para evitarlo. Este Gobierno no va a ceder al chantaje de la violencia», añadió el funcionario.
También informaron a través de la Defensoría del Pueblo que 68 civiles y 75 policías habían resultado heridos en Puno el día anterior, muchos por balas o metralla.
Los manifestantes están exigiendo la inmediata renuncia de la presidenta Dina Boluarte, el cierre del Congreso, la redacción de nueva constitución y la liberación de Pedro Castillo, quien cumple una condena de 18 meses de prisión en prisión preventiva.
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