Se realizaron redadas en Rusia, zonas de estaciones y comerciales, frente al éxodo de casi 300.000 ciudadanos rusos evitando el reclutamiento. Se comenzaron a poner puestos policiales en los pasos fronterizos para evitar que más gente siga huyendo.
Según registros, la policía de Moscú irrumpió un centro comercial para poder reclutar hombres que luchen contra Ucrania, llevándose a todos los que encontraron, desde músicos que se encontraban allí como así también a un hombre que se encontraba borracho y con una discapacidad para caminar. Esta gente es llevada a oficinas de aislamiento militar.
En otras ciudades de Rusia, los ciudadanos se esconden para evitar a los funcionarios rusos que están capturando gente para pelear en la guerra que Rusia mantiene con Ucrania. Se han allanados diferentes lugares desde estaciones de metros, oficinas, albergues, cafés y restaurantes.
En la empresa MIPSTROY1 se llevaron a casi 200 hombres, y al día siguiente allanaron un refugio de personas sin hogar en el cual también se llevaron decenas de personas.
Todos esto se comenzó a dar luego de que Rusia perdiera repentinos territorios contra Ucrania y sufra masivas bajas de su ejército. Los medios de comunicación avalan esto que está realizando el gobierno diciendo que los hombres rusos se acostumbraron demasiado a la vida blanda, que el país ruso necesita más sacrificios de los hombres.
Activista Grigory Sverdlin
El activista Grigory Sverdlin, quien dejo Rusia, estableció una nueva organización Go By The Forest para poder evitar el reclutamiento de hombre rusos advirtiendo a los ciudadanos rusos.
El asesoramiento realizado a 2700 hombre rusos consiguió que 60 hombres se rindan en territorio ucraniano, 8 personas han tenido éxito y lograron escapar.
“Obviamente, las personas están muy estresadas porque les preocupa que las empujen a disparar a otras personas. Así que la gente tiene miedo no solo por sí misma, sino por participar en esta guerra injusta” argumento el activista.
Por otra parte, mucha gente dejo su vida habitual para mantener una vida más reservada en las afueras del país. La gente tiene miedo a que los propios vecinos los denuncien dando aviso a las fuerzas policiales.
“Es la agonía del régimen, porque una opinión bastante común en Rusia ahora es que esta guerra está perdida. Y parece que el solo hecho de dar citaciones, detener a muchos miles de personas y enviarlas a la guerra solo le da a este régimen un poco más de tiempo. Pero es solo ganar tiempo, porque, obviamente, estas personas atrapadas en las calles ahora no serán buenos soldados porque no saben cómo luchar”, concluyó Sverdlin.
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