En una trágica escalada de los enfrentamientos en Ucrania, al menos siete civiles, incluyendo un recién nacido, perdieron la vida en un ataque ruso en la región de Jersón, al sur del país. El ministro del Interior, Igor Klimenko, condenó el ataque y resaltó que «los terroristas nunca dejarán de matar civiles voluntariamente», enfatizando la urgencia de frenar la violencia.
Una fotografía impactante muestra una vivienda envuelta en humo, testimonio de la destrucción causada por los bombardeos. Tres adultos y un bebé de tan solo 23 días murieron en la localidad de Shiroka Balka, mientras que en una localidad vecina, Stanislav, otro ataque ruso dejó dos muertos y un herido.
Mientras tanto, las autoridades rusas informaron del derribo de dos drones ucranianos en la región de Bélgorod, sin causar daños ni víctimas según el Ministerio de Defensa ruso. No obstante, el gobernador de la región reportó que uno de los drones atacó una instalación de comunicaciones.
En respuesta a la escalada del conflicto, Ucrania reiteró su necesidad de adquirir los misiles de crucero alemanes Taurus, buscando un apoyo que podría ser crucial para su capacidad defensiva. Dmytro Kuleba, ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, enfatizó que estos misiles permitirían salvar vidas y acelerar la liberación de los territorios ocupados.
El ministro explicó que el alcance extendido de los misiles Taurus podría reducir significativamente la duración de la guerra, destacando la importancia de este apoyo en la lucha de Ucrania por su soberanía. Además, se tranquilizó sobre las preocupaciones de un posible uso indebido de los misiles, asegurando que no serían empleados contra objetivos en suelo ruso.
Mientras el debate sobre el apoyo alemán se intensifica, el grupo de armamentos Rheinmetall de Alemania confirmó su suministro de drones de reconocimiento aéreo a Ucrania. Aunque estos drones no estarán armados, serán capaces de interceptar comunicaciones enemigas y volar distancias significativas, fortaleciendo la capacidad de vigilancia del país.
En paralelo, Rheinmetall también tiene planes de construir una fábrica de carros de combate en Ucrania, en un esfuerzo por fortalecer aún más la capacidad defensiva del país en medio de la escalada del conflicto. En este contexto, la nación europea busca el apoyo internacional necesario para garantizar su seguridad y soberanía en un momento crítico de su historia.