Cuando Cristina Fernández lo postuló como candidato a presidente, Alberto Fernández imaginó un gobierno donde el tendría la lapicera. La Vicepresidenta tendría alguna injerencia en cargos menores y Sergio Massa se encargaría de la Cámara de Diputados, nada más alejado de este presente que vivimos, donde todos tienen el poder menos el presidente.
Desde el día uno de la administración de Fernández, fue una negociación constante para poder rodearse de funcionarios que respondan a el, desde la oposición dentro de su partido, le dejaron bien claro que nunca tendría el poder de la lapicera. Sin ir más lejos, en un acto, Cristina Fernandez le regaló una lapicera al presidente y le dijo “Usala” enviando un claro mensaje que la que tiene la lapicera para sacar y poner funcionarios es ella, o cuando pidió la renuncia de “Funcionarios que no funcionan” frente a su militancia en un acto.
Cambios que marcaron el principio del fin
Uno de los cambios, que golpearon bajo la línea de flotación de la actual gestión fue el de Martin Guzmán, que era una persona de estrecha confianza del presidente. Lo nombró al frente del Ministerio de Economía el 10-12-2019. Dos de los puntos clave que tenía en su agenda eran llegar a un acuerdo con el FMI, el cual logró. El otro punto era bajar la inflación, se terminó yendo del cargo el 04-07-2022 con una inflación del 70% interanual, evidentemente sin cumplir la meta estipulada.
Para intentar frenar la embestida de Sergio Massa sobre la cartera económica, el presidente colocó a Silvina Batakis en reemplazo de Guzmán. Las fuerzas de Alberto Fernández, para retener como propio el Ministerio de Economía, solo duraron 30 días. El presidente ondeo la bandera blanca, en señal de rendición, y entregó el bastión al nuevo Ministro de Economía Sergio Massa, en funciones desde el 03-08-2022.
La instalación de una posible reelección
Desde Menem hasta Macri todos buscaron una reelección, algunos la consiguieron otros no pudieron y Alberto Fernández en su momento también soñó con otro mandato.
Varios políticos que rodeaban a Alberto y hasta el propio presidente, desde el primer día que le comunicaron que encabezaría una lista, hablaban de que era momento para el nacimiento un nuevo movimiento. Creyeron que siendo Alberto presidente tendría la fuerza para poder apartar a Cristina Fernández del centro del peronismo. Este movimiento incluía a massistas, kirchneristas, peronistas y hasta se ilusionaban con que algún radical se sume a las filas de lo que se denominó “El Albertismo“. Las puertas estaban abiertas para recibir a todos. A tres años de este intento de unificación, no solo no obtuvo un apoyo de los externos, sino que muchos de los propios abandonaron la idea de seguir al presidente en esta apuesta política.
En un intento de desesperación para mostrar que su gestión estaba sólida, a principios de este año, el presidente en un acto en José C. Paz deslizó la posibilidad de buscar una reelección en el 2023. Desde el massismo y el kirchnerimo tomaron nota del mensaje y redoblaron esfuerzos para esmerilar internamente, todo lo que sea posible, a la actual gestión y dejar bien en claro que esto nunca ocurriría.
Ultimas renuncias
Las renuncias de los Ministros Claudio Moroni, en el Ministerio de Trabajo; Juan Zabaleta, en el Ministerio de Desarrollo y Gómez Alcorta en el Ministerio de Mujeres, no podrían llegar en peor momento para la debilitada gestión de Alberto Fernández.
El presidente nombró tres reemplazos para los funcionarios que renunciaron: Tolosa Paz, en Desarrollo; Ayelén Mazzina en el Ministerio de Mujeres y Raquel Olmos en Trabajo. Cual niño de jardín de infantes, el presidente repetía, con cuanta persona se cruzó, la frase “yo solito” presumiendo de haber nombrado a tres Ministros sin permiso ni ayuda.
Alberto Fernández, Mandato Cumplido
Desde el primer día de asunción, hasta el último, los argentinos vivimos una acefalia presidencial como nunca se vio, hasta podríamos decir peor que lo que vivimos con “Camporá al gobierno, Perón al poder”.
El presidente concluirá su mandato con una inflación incontrolable del 100% interanual, las jubilaciones perdieron poder adquisitivo con la nueva ley de movilidad, los sindicatos pidiendo aumentos del 130% para no perder contra la inflación, la ciudad de Rosario convertida en Medellín en épocas donde mandaba el narcotráfico, y la Patagonia asediada por un ex Flogger devenido en pseudo-Mapuche.
Todavía no podemos poner una fecha exacta de finalización de mandato, dado a que los rumores de adelantamiento de elecciones son cada día más fuertes. Lo que, si podemos aseverar, es que estamos transitando los últimos días de Alberto Fernández frente a la conducción del país, donde nada de lo que se propuso consiguió.