La recta final hacia las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) en la provincia de Santa Fe se encuentra cargada de tensiones y expectativas. Dos figuras destacadas se enfrentan en la carrera hacia la gobernación: Carolina Losada y Maximiliano Pullaro. Ambos pertenecen a la alianza «Unidos para Cambiar Santa Fe» y sus respectivas campañas se perfilan cada vez más reñidas a medida que el día de las elecciones, el 16 de julio, se acerca.
El ámbito electoral santafesino se caracteriza por su complejidad y su capacidad para resonar a nivel nacional. En este caso, la rivalidad entre Losada y Pullaro tiene implicaciones más allá de la provincia, y podría tener un impacto significativo en las elecciones presidenciales del partido «Juntos por el Cambio».
Losada cuenta con el apoyo de la destacada líder Patricia Bullrich, mientras que Pullaro tiene el respaldo de Horacio Rodríguez Larreta. Ambos precandidatos presidenciales han anunciado su intención de visitar la provincia de Santa Fe el domingo 16, para brindar su respaldo a sus respectivos candidatos.
El pulso político de la semana final se palpita con gran intensidad. Todos los observadores coinciden en que será una etapa crítica para determinar quién se posicionará como el próximo gobernador de la alianza «Unidos para Cambiar Santa Fe». Esta figura se enfrentará al peronista Marcelo Lewandowski, considerado el favorito dentro del oficialismo provincial.
En las últimas PASO, Losada logró una victoria sobre Pullaro con una diferencia de dos puntos, y le sacó una ventaja de seis a Federico Angelini, quien actualmente es su compañero de fórmula. Posteriormente, Pullaro lanzó su campaña para la gobernación con un enfoque meticuloso y estratégico. Se centró en fortalecer sus lazos con la dirigencia tradicional de la UCR en el interior de la provincia, y siempre fue abierto en relación a su deseo de convertirse en gobernador y consolidarse como un crítico acérrimo de la gestión de Omar Perotti.
Por su parte, Losada optó por un enfoque más cauteloso y reflexivo. Esperó hasta el último momento para lanzar su candidatura, en medio de cuestionamientos por no residir en la provincia de Santa Fe. Este movimiento estratégico ha alimentado aún más las tensiones en la ya agitada campaña para las PASO, marcando un capítulo decisivo en la política santafesina.
