La coalición de partidos políticos que integran Juntos por el Cambio se encuentra enfrentando divisiones internas en varias provincias del país. Los presidentes de los partidos involucrados, el PRO, la UCR, la Coalición Cívica y Encuentro Federal, se reunirán la próxima semana para intentar encontrar una solución a la crisis interna.
En Río Negro y Neuquén, la coalición ya se muestra fracturada. En Río Negro, la UCR avanza en un acuerdo electoral con el oficialismo local, liderado por el senador nacional y exgobernador Alberto Weretilneck. Sin embargo, el PRO y la Coalición Cívica respaldan al hoy diputado nacional Aníbal Tortoriello, a quien el radicalismo acusa de haber roto acuerdos internos de elecciones previas y de «maltratar» a los candidatos de la UCR.
En Neuquén, el PRO apoya la candidatura de Rolando Figueroa, quien recientemente dejó el Movimiento Popular Neuquino, que actualmente gobierna la provincia. Sin embargo, el grueso de la UCR y la Coalición Cívica respaldan a Pablo Cervi, de Evolución, sector radical liderado por Martín Lousteau.
En otras provincias también hay dificultades para llegar a un acuerdo. En Tucumán, por ejemplo, el PRO impulsa a Germán Alfaro como candidato a gobernador, mientras que en Chubut, el PRO presenta al senador Ignacio Torres como candidato, mientras que un sector de la UCR apoya a su presidente local, Damián Biss.
Además de estas provincias, también existen fuertes divisiones internas en Mendoza y Córdoba, aunque hay más tiempo y margen para buscar consenso en estas últimas.
La coalición podría fracturarse e ir dividida en las primeras elecciones del año, lo que podría tener consecuencias para el armado nacional. Los líderes del partido tienen diferencias de criterio sobre la gravedad de las divisiones y las consecuencias para el armado nacional. Mientras algunos creen que las fisuras quedarán limitadas a las elecciones provinciales, otros están preocupados por la lectura nacional que podrían tener los comicios locales.
