La agencia espacial de Japón (JAXA) no tuvo éxito en su objetivo de aterrizar en la Luna con una misión basada en un CubeSat de bajo precio, llamado Omotenashi.
La misión que despegó a bordo del cohete SLS de la NASA con la misión Artemis I el 16 de noviembre, también tenía como objetivo realizar mediciones de radiación del entorno cercano a la Luna, así como en su superficie. La nave, que incluía un pequeño aterrizado con un colchón inflable, pesaba solo 12,6 kilos.
Luego de la separación de cohete, no se pudo establecer comunicación con el CubeSat a las 17.00 UTC del 21 de noviembre, y se determinó que la operación de maniobra de aterrizaje lunar requerida para el aterrizaje en la Luna no se pudo realizar.
La Agencia Espacial de Japón expresó en un comunicado que “Si bien no se pudo lograr el objetivo de alunizaje de la misión, las operaciones de recuperación continuarán realizando mediciones de radiación fuera de la magnetosfera de la Tierra, que es otra misión que se puede realizar mientras el CubeSat está en vuelo, junto con demostraciones tecnológicas distintas al aterrizaje lunar”.
Este equipo especial se vio creado con el objetivo de determinar el fracaso de la misión, examinar y tomar las medidas para el futuro, y recopilar conocimientos que contribuyan al campo del desarrollo del CubeSat.