Comenzó la campaña presidencial en Brasil.

Bolsonaro lanzó su campaña dando una conferencia en el mismo lugar donde fue apuñalado en 2018, por otro lado Lula organizó su lanzamiento en una planta automotriz en San Pablo.

Esta semana comenzó en Brasil la campaña más polarizada desde la vuelta de la democracia, una disputa entre dos candidatos sin nada en común que Jair Bolsonaro definió como una batalla “del bien y del mal”.

Los líderes arrancaron sus campañas en lugares muy simbólicos en sus carreras. Bolsonaro eligió el lugar donde fue herido de gravedad durante su campaña anterior y Lula Da Silva lo hizo en el bastión del sindicato industrial.

Jair Bolsonaro

Bolsonaro, de 67 años, participó de una caravana de motocicletas como acostumbraba realizar durante su mandato, y de un acto religioso en la esquina de la ciudad de Juiz de Fora. Bolsonaro dijo “Es la ciudad donde renací”, en el comienzo de su discurso.

En su discurso reiteró su promesa de luchar contra la inflación, el aborto, las drogas y defender la “propiedad privada” y estuvo cargado de declaraciones patrióticas y alusiones a Dios y a la Biblia.

 “Doy gracias a Dios por mi segunda vida y entiendo la misión de ser el Jefe del Ejecutivo de esta nación. No es fácil. Si lo fuera, (Dios) no se lo habría dado a uno de nosotros. Brasil estaba al borde del colapso, con problemas éticos, morales y económicos y marchando, eso sí, a paso firme hacia el socialismo”, dijo Bolsonaro ante la audiencia.

Además habló sobre el tema de su cuenta de Twitter: “Hay que estar atento porque los que aman el rojo buscarán usar el verde y amarillo de la bandera, los que defendieron cerrar iglesias dirán que son grandes cristianos, los que apoyan dictaduras socialistas se dirán demócratas”.

Lula y su Séptima candidatura

Lula, por su parte, tenía previsto dar un discurso en una fábrica de motores, pero por motivos de seguridad la policía pidió cancelar el evento. Debido a eso, Lula decidió lanzar su séptima candidatura presidencial en la planta de Volkswagen en Sao Bernardo do Campo donde fue reconocido como líder sindical en la década de 1970.

Lula da Silva

Durante su discurso Lula manifestó: “Él está intentando manipular la buena fe de hombres y mujeres evangélicos que van a la iglesia a hablar de fe y de espiritualidad y él lo que hace es contarles mentiras sobre Lula, sobre la mujer de Lula, sobre los trabajadores, sobre los indígenas y los afrodescendientes”.

Asimismo sostuvo que “si hay alguien poseído por el demonio, ese es Bolsonaro”, tras afirmar que es un “creador de mentiras y un negacionista” que “no derramó una lágrima por los huérfanos que ha dejado la pandemia”, con más de 670.000 muertes y un promedio actual desde julio de 200 fallecidos diarios por Covid-19.

“Les prometo que vamos a subir el piso del impuesto a las ganancias, a recuperar el salario y el empleo porque este gobierno nunca se preocupó en crear empleo”, aseveró Lula a los trabajadores de Volkswagen.

La consultora IPEC reveló en su última encuesta que Lula tiene 44% de intención de voto en primera vuelta, frente a un 32% de intención de voto de Bolsonaro. Por otro lado, el Instituto Datafolha colocó el mes pasado a Lula con 47% y a Bolsonaro con 29%.

A pesar de que existe una tendencia en las encuestas donde Bolsonaro mejoraría sus números, los analistas todavía no saben si llegará a tiempo a las elecciones para revertirlos.

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