Para los fiscales Luciani y Mola, Cristina Fernández no respondió a las acusaciones y dijeron “Es la imputada y tiene derecho a decir cualquier cosa, pero no refutó las acusaciones, nosotros estamos muy tranquilos con lo que hicimos”.
Cristina Fernández pidió que los fiscales sean investigados por el delito de prevaricato, es decir dictar resoluciones contrarias a la ley, desde la fiscalía no hicieron ningún comentario ante lo que pareció una amenaza para los fiscales que trabajan en la causa.
Uno de los puntos de Beraldi fue cuando defendió el atraso de la Obra Pública otorgada a Lázaro Báez, diciendo que es una situación normal y para ello expuso lo que dijeron los testigos entre ellos Calcaterra, primo de Mauricio Macri. Desde la fiscalía entienden que esto tampoco fue refutado y dijeron “Nosotros explicamos porque se dio cada una de las demoras y tiene que ver con la maniobra ilegal que estaba montada”.
La vicepresidente afirmó que Luciani tuvo intervenciones artísticas, grandilocuentes y que su acusación fue arbitraria. Sin embargo, nunca pidió la anulación de la acusación, algo habitual en los juicios.
Según el fiscal, están convencidos de haber alcanzado la verdad y ahora le toca a los jueces, a quienes la sociedad está mirando decidir y no es como dijo Beraldi: corrupción o justicia. Hay un solo camino y es justicia, finalizó Luciani.
El juicio continuará el próximo lunes con el alegato de la defensa de Carlos Kirchner, ex funcionario del Ministerio de Planificación y primo de Néstor. El martes será el turno de José López, exsecretario de Obras públicas y el viernes será el turno de Lázaro Báez.
La expectativa del tribunal es dar un veredicto antes de fin de año.