El viernes amanecerá con una escena preocupante para los viajeros en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), ya que la Unión de Tranviarios Automotor (UTA) ha anunciado un paro de colectivos en el AMBA. Esto se produce en medio de un conflicto sobre quién debe pagar los aumentos salariales que exigen los choferes. A diferencia de paros anteriores, el gobierno no tiene la facultad de intervenir mediante la conciliación obligatoria en esta ocasión.
Demandas de UTA y la posición de las empresas
La UTA ha sido enfática en sus demandas. Buscan cobrar un incremento retroactivo, que colocaría el salario básico desde abril en 262 mil pesos. Además, exigen un bono por única vez y no remunerativo de 32 mil pesos, y viáticos diarios para todos los trabajadores del sector.
Las empresas de transporte, sin embargo, sostienen que no cuentan con los recursos necesarios para cumplir con estos aumentos. Han comenzado a pagar los salarios, pero sin el incremento acordado previamente entre el gobierno y el gremio. Ante esta situación, la UTA ha emitido un comunicado advirtiendo que, si no se cumple con la suba acordada, procederán al cese de tareas a partir de las 00:00 horas del viernes 7 de julio.
En contraste con situaciones previas, el Ministerio de Trabajo, liderado por Kelly Olmos, ya no tiene la capacidad de dictar la conciliación obligatoria. Esto, en práctica, significaba una orden para que los trabajadores de colectivos continúen prestando servicio mientras las negociaciones estaban en curso.
El paro de colectivos en el AMBA no solo afectará a los miles de pasajeros que dependen del servicio de transporte, sino que también ejerce presión sobre las negociaciones en curso. Desde el gremio de la UTA, se ha dado plazo hasta el jueves en la noche para que las empresas paguen los aumentos acordados, de lo contrario, se llevará a cabo el paro.
Por otro lado, el Ministerio de Transporte ha confirmado que se transfirió el dinero de los subsidios a las empresas de transporte durante esta semana. No obstante, estos fondos fueron transferidos sin ningún incremento, lo cual era esperado. Esto coloca la disputa firmemente entre el sindicato y las empresas de transporte.
Este paro de colectivos en el AMBA resalta la complejidad de la situación, en la que los choferes buscan mejoras salariales y condiciones laborales, mientras que las empresas enfrentan desafíos financieros. El gobierno, que en otras ocasiones habría intervenido, se encuentra en esta instancia sin la herramienta de la conciliación obligatoria.
Con miles de pasajeros afectados y una solución que no parece estar a la vista, la comunidad del AMBA espera ansiosamente ver cómo se resolverá este conflicto que amenaza con paralizar el transporte público en una región tan vital.